Tercer trimestre de embarazo
Para mí, ésta fue la etapa más dura...
Durante el tercer trimestre, estaba muy pesada, me costaba andar y subir escaleras. Cualquier pequeña actividad me suponía de un gran esfuerzos. Además, lo peor era que no podía jugar a cosas activas con mi hija María, la mayor. Entonces, ella tenía 2 añitos...
En esta época me vigilaban la presión, la tenía al límite pero, por suerte, nunca tuve que ir a urgencias.
Lo mejor, que pontro tendría a Guillem y Anna en mis brazos.
Había avisado a a mi marido, a mis padres i a mis suegros que tuvieran el móvil a mano, pues el parto gemelar, se puede avanzar fácilmente. Ahora sí que lo teníamos que tener todo organizado.
Compramos el cochecito doble, un McLaren gemelar con los dos capazos. Era el modelo más estrecho, para poder pasar mejor por las puertas. Lo compramos de segunda mano, no vale la pena comprarlo nuevo, pues te vas fácilmente a los 1000€. Nos costó 200€.
Además, teníamos 2 sillitas Chicco London individuales, de mi hija María. Os recomiendo muchísimo ésta opción. Es genial poder ir con dos cochecitos por separado, pues tratas mejor la individualidad de cada uno. Además, si sois dos adultos, se puede pasear mucho más fácilmente. Con el tiempo, los pequeños, pesan muchísimo. Vuestra espalda también lo va a notar....
El tema del cochecito doble, se merece un artículo entero, pues es complicadísimo moverse por el mundo con él...
El coche... Teníamos un Ford Mondeo, donde nos cabían las tres sillitas, justas. El problema era que poníamos a cada bebé en un lateral y, a María (de 2,5 años), en el medio. Con el tiempo, se fue complicando que se colocará en medio, no tenía suficiente espacio para pasar... Además, el maletero era justo (llevas la sillita doble, siempre...).
Miramos varias opciones. Los monovolúmenes grandes, son carísimos, te vas a unos 40.000€.
Optamos por una furgoneta mediana y miramos distintas marcas. Siempre íbamos con el metro, midiendo el espacio de detrás i el volumen de las sillitas. No todos los coches hacen la misma amplitud. Finalmente, la que era más ancha y nos gustó más, fue la Ford torneo. Para nosotros, ha sido una decisión muy acertada. Nos ha facilitado mucho los viajes. Queda un poco alta, va muy bien para colocar el material en la parte trasera. Además, tiene las dos puertas correderas, así podemos poner a los pequeños más cómodamente. María puede pasar bastante bien, con las dos sillitas colocadas a contramarcha.
En cuanto al piso, era pequeño y no cabíamos. Vivimos en un pueblo, así que nos miramos una casa de planta baja, dispone de garaje i jardin. Y ha sido la mejor opción. A nivel logístico, es lo más complicado, pues siempre te tienes que mover con tres niños muy pequeños. Ha sido la decisión más complicada, pero a la vez, la más agradecida. En cuanto al traslado, contratamos una empresa dedicada a las mudanzas. Mi movilidad era muy reducida...
Son decisiones muy trascendentales, pero vas a un ritmo tan elevado, que lo vas haciendo todo, casi sin darte cuenta... Todo pasa rapidísimo y, las decisiones, también se toman a marchas forzadas.
En una de las últimas revisiones médicas, me dijeron que los pequeños estaban muy mal colocados: el niño, estaba debajo y venía de nalgas. La niña, estaba arriba y estaba colocada en horizontal. Así, que a la semana 37, me tendrían que hacer una cesárea. Era un viernes. Tendría a Anna y a Guillem, el lunes, y por fin les podría ver la carita!
Durante el tercer trimestre, estaba muy pesada, me costaba andar y subir escaleras. Cualquier pequeña actividad me suponía de un gran esfuerzos. Además, lo peor era que no podía jugar a cosas activas con mi hija María, la mayor. Entonces, ella tenía 2 añitos...
En esta época me vigilaban la presión, la tenía al límite pero, por suerte, nunca tuve que ir a urgencias.
Lo mejor, que pontro tendría a Guillem y Anna en mis brazos.
Había avisado a a mi marido, a mis padres i a mis suegros que tuvieran el móvil a mano, pues el parto gemelar, se puede avanzar fácilmente. Ahora sí que lo teníamos que tener todo organizado.
Compramos el cochecito doble, un McLaren gemelar con los dos capazos. Era el modelo más estrecho, para poder pasar mejor por las puertas. Lo compramos de segunda mano, no vale la pena comprarlo nuevo, pues te vas fácilmente a los 1000€. Nos costó 200€.
Además, teníamos 2 sillitas Chicco London individuales, de mi hija María. Os recomiendo muchísimo ésta opción. Es genial poder ir con dos cochecitos por separado, pues tratas mejor la individualidad de cada uno. Además, si sois dos adultos, se puede pasear mucho más fácilmente. Con el tiempo, los pequeños, pesan muchísimo. Vuestra espalda también lo va a notar....
El tema del cochecito doble, se merece un artículo entero, pues es complicadísimo moverse por el mundo con él...
El coche... Teníamos un Ford Mondeo, donde nos cabían las tres sillitas, justas. El problema era que poníamos a cada bebé en un lateral y, a María (de 2,5 años), en el medio. Con el tiempo, se fue complicando que se colocará en medio, no tenía suficiente espacio para pasar... Además, el maletero era justo (llevas la sillita doble, siempre...).
Miramos varias opciones. Los monovolúmenes grandes, son carísimos, te vas a unos 40.000€.
Optamos por una furgoneta mediana y miramos distintas marcas. Siempre íbamos con el metro, midiendo el espacio de detrás i el volumen de las sillitas. No todos los coches hacen la misma amplitud. Finalmente, la que era más ancha y nos gustó más, fue la Ford torneo. Para nosotros, ha sido una decisión muy acertada. Nos ha facilitado mucho los viajes. Queda un poco alta, va muy bien para colocar el material en la parte trasera. Además, tiene las dos puertas correderas, así podemos poner a los pequeños más cómodamente. María puede pasar bastante bien, con las dos sillitas colocadas a contramarcha.
En cuanto al piso, era pequeño y no cabíamos. Vivimos en un pueblo, así que nos miramos una casa de planta baja, dispone de garaje i jardin. Y ha sido la mejor opción. A nivel logístico, es lo más complicado, pues siempre te tienes que mover con tres niños muy pequeños. Ha sido la decisión más complicada, pero a la vez, la más agradecida. En cuanto al traslado, contratamos una empresa dedicada a las mudanzas. Mi movilidad era muy reducida...
Son decisiones muy trascendentales, pero vas a un ritmo tan elevado, que lo vas haciendo todo, casi sin darte cuenta... Todo pasa rapidísimo y, las decisiones, también se toman a marchas forzadas.
En una de las últimas revisiones médicas, me dijeron que los pequeños estaban muy mal colocados: el niño, estaba debajo y venía de nalgas. La niña, estaba arriba y estaba colocada en horizontal. Así, que a la semana 37, me tendrían que hacer una cesárea. Era un viernes. Tendría a Anna y a Guillem, el lunes, y por fin les podría ver la carita!
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